El pasado 14 de abril, el jugador Rafael Robayo alcanzó 400 partidos con la camiseta azul, en el encuentro de la quinta fecha de la Copa Águila 2016 contra Tigres FC.
Pero esta historia vestido de azul se remonta al año 2005, fue un 16 de febrero, cuando el volante, quien durante años se ha ganado el cariño de los aficionados «embajadores», salto a la cancha del estadio Nemesio Camacho El Campín para enfrentar al Chicó F.C.
Aquella noche, aunque era su debut, el técnico Dragan Miranovic le dio el «espaldarazo» para ser inicialista, y el bogotano respondió, porque lo dejó actuar los 90 minutos. Sin embargo, el marcador no resultó el soñado para escribir su primer capítulo junto a los azules, pues el dos por dos quedó inscrito en la pizarra tras finalizar el duelo.
Pero resultó una noche inolvidable para el mediocampista, quien comenzó su camino con los embajadores, llevando el número 29 en su espalda. Un dorsal que con el tiempo en la casa azul transformó por el número 8, el cual ha llevado los últimos años.
3 meses después de su debut, llegó un momento soñado, el 1 de mayo de 2005, en la fecha 15 del campeonato marcó su primera anotación con Millonarios. El portero de Atlético Nacional Andrés Saldarriaga se convirtió en su primera «víctima». Aquella tarde los embajadores comenzaron perdiendo muy temprano. Al minuto de juego los locales vulneraron el arco de Héctor Burgues, por intermedio de Humberto Mendoza, pero cuando faltaban 14 minutos para el pitazo final, Robayo se disfrazó de delantero y salvó un punto para su amado azul.
Han sido 400 partidos vestido de azul, de alegrías y tristezas. Y en sus gratos recuerdos, los títulos de la Copa de 2011, cuando el volante anotó en el partido de ida frente a Boyacá Chicó y contribuyó a levantar el trofeo. O la Liga que conquistó en 2012 II, luego de superar a Medellín en la serie de penaltis. Hasta ahora, Rafael Robayo suma 400 historias vestido de azul, pero aun le quedan varias por escribir.